Hace veinte años tuvimos una ilusión: premiar o reconocer los méritos de muchos que han querido dedicar un trozo de su vida a defender el juego tradicional. Pocos seguramente pensaban entonces que estos premios iban a llegar a su vigésima edición.
Primero, creo que ya se ha dicho alguna vez, porque había quien pensaba que el mundo de los bolos era de ámbito reducido y pronto se iba a acabar el interés e, incluso, la lista de posibles galardonados. Y segundo, porque en nuestra tierra en general y en Peñamellera en particular somos dados a empezar muchas cosas y luego dejarlas a medio camino.
Que veinte años no son nada, lo dice el tango, pero no deja de ser una bonita frase. Es verdad que no son solo los años lo que se necesita para que unos premios tengan el reconocimiento social que merecen, pero es muy importante llegar con buena salud a esta mayoría de edad.
Los Premios, ya lo hemos dicho también alguna vez, aunque no está de más recordarlo, quieren ser un homenaje al juego de los bolos, un juego que como decía el gran Modesto González Cobas de otros elementos de la cultura asturiana «pueden estar olvidados, pero no perdidos». Homenajear a los bolos cobra sentido cuando se personifica, por eso se eligen tres premiados cada año que le ponen rostro, cuya imagen también está completada por el jurado que los elige, formado por personas representativas de la sociedad astur-cántabra y del mundo de los bolos y que junto con los premiados contribuye al prestigio y difusión de los mismos.
Este año el reconocimiento de Cecilio Testón y Manuel de la Cera no por tardío es menos justo y sin duda la nómina de quienes tienen el honor de haber recibido el icono más representativo de nuestro concejo crece provechosamente con estas incorporaciones. A Testón el ser Cronista Oficial del concejo y allegado a la organización fue un prejuicio para que no se le concediera antes y el estar ejerciendo cargos políticos seguramente la causa de Manolo de la Cera.
La cántabra Angélica Ruiz aporta como tarjeta de presentación su excelente curriculum deportivo y haber sido eje y referencia en el comienzo de la liga cántabra femenina. Es la primera mujer a título individual galardonada con este Premio.
Con motivo de este veinte aniversario el Ayuntamiento de Peñamellera Baja ha tomado la iniciativa de construir un itinerario bolístico en honor de los galardonados y como acción de servicio público a la difusión de los bolos que partiendo del Museo llegue hasta el Arboretum. Este itinerario constará de veinte puntos, en cada uno de los cuales habrá un abedul -árbol que da especial sonido al retinglar de los bolos- y un monolito con el nombre y la firma de los premiados en cada edición. Estamos convencidos que este itinerario, que llevará el nombre de 'Estela bolística', redundará en el aumento del prestigio y difusión de los Premios.