Manuel Monje, de 80 años, lleva seis décadas fabricando buenos quesos en Peñamellera y acaba de acometer una reforma en sus instalaciones por valor de «medio millón de euros». No le asusta la edad y mira al futuro. Opina que «hay que invertir en época de crisis para que cuando se superen las dificultades el mercado nos encuentre preparados». Además, cuenta con el necesario respaldo «de mis tres hijos: Carlos, Juan José y Alejandro».
La historia empezó hace 60 años, por las laderas del Cuera. Comenzó fabricando queso en un caldero, pasó a un cajón de 250 litros, luego a otro de 500 y ahora cuenta «con dos cubas, una de 4.000 litros y otra de 2.000». Elabora joyas como el Picón, la variedad de nata y los tradicionales de Peñamellera.